“Hoy como ayer, esperar tiene su recompensa”. Los antiguos iberos del poblado Vilars (Arbeca) enterraban sus espadas o “falcates”, bajo tierra y esperaban dos o tres años para que el proceso de oxidación les confiera una dureza óptima.
Hoy, nuestros vinos también son una muestra del esfuerzo, la constancia y la paciente espera, virtudes que son esenciales para conseguir un producto único.
En Vinya els Vilars, trabajamos y esperamos pacientemente, a que la tierra recompense nuestro esfuerzo con su mejor regalo
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